Como pollos sin cabeza. El
otro día escuchaba una frase en la radio que, bajo mi punto de vista,
refleja a la perfección buena parte de los problemas de nuestra
sociedad. Esta frase decía: “... sobra inteligencia y falta constancia”.
Cuando las cosas te llaman la atención es por algo, y en mi caso, ese
algo es la sociedad con la que interactúo y a la que le hago preguntas
tan sencillas, a priori, como: ¿por qué has escogido tus estudios?, ¿qué
es lo que te gusta?, ¿cuáles son tus pasiones?,... Los resultados de
mis pesquisas suelen toparse con apatía, con desgana, con falta de
energía e ilusión por hacer las cosas. Me falta vocación, me falta
pensamiento propio, no encuentro ideas y me sobran recetas de conceptos
precocinados y presentados en el mismo plato una y otra vez. Una
sucesión de fotocopias carentes de sentido y muy lejos de la
autorealización que se le debería exigir a cualquier profesional.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario