Después de un curso lleno de actividad laboral y a todos los niveles, los meses de mayo/junio/julio han contenido los típicos eventos de graduaciones, convivencias, fiestas finales de las extraescolares, etc.
Pero ha habido dos eventos que me han hecho reflexionar de una forma especial.
El primero fue la convivencia scout del Grupo Iqbal, que forma parte del Movimiento Scout Católico (MSC). En ella fui de cocinero con mi mujer.
Como ella y yo este año hemos estado muy ocupados no hemos podido continuar siendo monitores de este grupo que fundamos junto con otros padres hace cuatro años, y donde participan nuestras hijas. Pero nos habíamos comprometido a apoyar la convivencia que cierra la ronda solar (las actividades del curso). Así que nos ocupamos de diseñar los menús, comprar la comida y prepararla.
Mis descubrimientos/reflexiones:
- a pesar de no ser la cocina uno de mis talentos naturales, estamos muy satisfechos de cómo resultó todo. Era la primera vez que cocinábamos para 25 personas y todo estuvo a punto a tiempo. Tomé la decisión de salir de mi zona de confort y crecí. Hace más quien quiere que quien puede o quien sabe.
- en realidad mi mujer era la cocinera y yo el pinche. En cualquier actividad hay distintos roles, y no siempre tenemos que ser el líder o la "prima donna" para contribuir al éxito. Todos aportamos cosas diferentes y somos necesarios para lograr el objetivo.
- en BUP tuve un profesor que hablaba de la importancia de la propedéutica (conjunto de saberes necesarios para preparar el estudio de una materia, ciencia o disciplina). Y me reafirmo en que cuando abordas una tarea -sobre todo si no es habitual- la clave del éxito es la fase preparatoria. Todos los cálculos que hicimos de cantidades de comida, tiempos de cocinado, que la dieta fuera equilibrada ... cumplieron su papel.
- había un monitor que -a pesar del cansancio propio de la convivencia- se dejaba caer por la cocina para preguntar si podía ayudar en algo, y echaba una mano siempre que podía. La implicación y el compromiso no se demuestran con la boca, sino "votando con los piés": participando allí donde está la acción
- las actividades principales de la convivencia fueron talleres de manualidades y de magia, una velada, una pequeña marcha, la evaluación final y una misa. Las actividades extraescolares en general y las realizadas por los scouts en particular permiten desarrollar las famosas "soft skills" o competencias blandas como la creatividad, el trabajo en equipo, la comunicación, planificación y análisis. Todas las actividades acaban con un "acto comunitario" en círculo (todos somos iguales) en el que se comenta qué hemos aprendido pues no aprendemos haciendo cosas, sino reflexionando sobre lo que hemos hecho.
- en mi experiencia como monitor de lobatos (chavales/as entre 8 y 11 años) he visto madurar y crecer en confianza a chicos y chicas que se mostraban tímidos en sus inicios. Tal como dice Álex Rovira en su vídeo "La mirada apreciativa" si sabemos descubrir en una persona sus capacidades dormidas más allá de sus limitaciones evidentes, podrá obrarse el milagro. Es genial que nos den la oportunidad de hacer crecer las capacidades que tenemos, y confíen en nosotros.
- una chica que comenzó en este grupo y ahora está en otro distinto está preocupada y comprometida con la sostenibilidad del planeta, intentando cuidarla en sus día a día. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible deberían guiar nuestras decisiones para -como decía Baden Powell, fundador de los scouts - dejar un mundo mejor de como nos lo encontramos.
El segundo evento fue ser el Maestro de Ceremonias en la boda del hermano de mi mujer.
¿Pero tú puedes casar a la gente? me decían mis conocidos. Hombre, casar casar ... Ellos ya habían pasado por el juzgado, y yo guié la ceremonia que realizaron en el jardín antes del banquete. No soy juez de paz, ni capitán de barco, ni cura.
Otros amigos ya me pidieron hace dos años que tuviera el mismo rol en su boda civil, y se puede crear con relativa facilidad un guión en el que ir insertando las distintas intervenciones (bienvenida, palabras de los amigos, palabras de los familiares, consentimientos, rito de la unión y agradecimientos). Así que asumí el reto conducir un acto tan emocionante como una boda y hablar delante de ciento cincuenta personas.
Mis descubrimientos/reflexiones:
- la gente te puede perdonar que te confundas (por ejemplo le cambié el nombre a una amiga de la novia), lo que no te va a perdonar es que les aburras una tarde en plena ola de calor a 37 grados. Así que facilité que todos estuvieran relajados, tiré de varios chistes sobre parejas, hice varios guiños a la historia de los novios, adapté el discurso al público, y me ajusté al tiempo propuesto (35 minutos en total). Y vaya si lo agradeció la gente. La gente olvidará lo que dijiste, pero no cómo las hiciste sentir.
- el humor y el storytelling son vehículos fantásticos para transmitir ideas (serias también) de una forma mucho más impactante y agradable que los discursos impersonales. Los mismos consejos (la importancia del diálogo por ejemplo) dicho con una sonrisa y desde el cariño llega mucho más profundo.
- como decían en la Bola de Cristal "Solo no puedes, con amigos sí". Me apoyé en el entorno más cercano de los novios para recopilar curiosidades sobre ellos, fotos de la infancia, la música que les gusta, ... Una amiga nos montó el típico vídeo con fotos de ellos que arrancan sonrisas y alguna lágrima de emoción. Y mi mujer fue una buena inspectora de calidad: ella validaba mis propuestas ya que me fío de su criterio. Yo fui la cara visible de un equipo que llevaba semanas preparando cada detalle.
- "para saber, nada como preguntar": las cosas se hablan. Ante dudas sobre el estilo de la celebración, nombrar o no según qué cosas, ... simplemente se lo pregunté a los novios. Así se puede mantener cierta dosis de sorpresa pero sin "meter la pata" en temas delicados.
- la gamificación (utilizar elementos del juego en entornos serios) triunfa. Después del vídeo con fotos, había preparado un juego (con la plataforma Kahoot) "¿Cuánto sabes delos novios?" con una lista de preguntas divertidas. Imaginad a medio centenar de personas concursando a través del móvil, poniéndole emoción cada vez que acertaban o fallaban, y luchando por llegar al podium final (el premio fue de lo menos, de hecho olvidé las chuches en el apartamento). El juego hizo que -además de pasarlo bien- todo el mundo se levantara para pasar del banquete al baile.
- minimiza los riesgos de fracaso: si vas a utilizar tecnología, pruébala y asegúrate de que todo funciona (sobre todo que el cañón se lleva bien con el ordenador). Conoce el espacio donde se desarrolla la acción y quiénes van participar de alguna forma (encargado del restaurante, fotógrafo, DJ, ...). Apréndete sus nombres y grábate sus móviles. Todo debe estar preparado y ensayado, pero ten por si acaso un plan B. "Prepárate para lo peor, y disfruta lo mejor"
- a todos nos gusta sentirnos especiales. ¿Y cómo se consigue? Todos lo sabemos. Escuchando las necesidades y el estilo de esa persona, para adaptar la propuesta.
- Y para acabar. Una boda es un día de fiesta en que principalmente te ocupas hacerle la vida más agradable a la gente que te importa, y recibes la ayuda de un montón de personas. ¿Qué sería el mundo si todos facilitáramos la vida a los demás? Una fiesta contínua.
Y tú ¿qué has aprendido cuando has hecho algo fuera de lo normal?
domingo, 14 de julio de 2019
#Offtopic: qué aprendí siendo Cocinero y Maestro de Ceremonias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario