Cómo pasa el tiempo.
Hoy se cumple un año desde que acabé de trabajar en la Cámara de Comercio de Zaragoza, una despedida en la que se mezclaba la tristeza por separarte de los compañeros con la incertidumbre laboral y el agradecimiento recibido por parte de cientos de usuarios.
Y también se cumplen 7 años del accidente de moto que cambió mi vida a mejor:
- sé que mis límites son mucho mayores de lo que creía. Más de 10.000 flexiones de la rodilla con dolor me lo enseñaron
- sé quién está a mi lado incondicionalmente. Mi familia me lo enseñó
- tuve un tiempo de calma para reflexionar acerca de mi misión y para qué he venido a este mundo. Mirar en mi interior me lo enseñó
- tengo un barómetro que me avisa de cuándo va a llover. 100% fiable, y gratis
Quien haya escuchado "batallitas" de mi recuperación me habrá oído contar cómo una doctora me ayudó, posiblemente sin saberlo.
Ella hacía la ronda rutinaria una mañana, al poco de la primera operación.
- ¿Todo bien? ¿Fiebre? ¿Medicación?
- Sí, todo bien. Estoy muy contento porque aunque ha sido una fractura muy fea, la operación ha salido bien y sé que me recuperaré porque haré todo lo posible para lograrlo.
- ¡Ay!. Hay cosas que ni aun queriendo se consiguen ...
No sé si fueron los goteros y drenajes o el sentido común los que impidieron que saltara sobre ella para cometer un "doctoricidio", pero con el tiempo descubrí que me había regalado otro motivo adicional para curarme. ¿Dices que no puedo? ¿Quién eres tú para decir que yo no puedo hacer algo?
Así que, estés donde estés, gracias por empujar mi recuperación y haber contribuído a que lleve una vida normal, y pueda dar clase de pié en vez de darla desde una silla de ruedas.
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