Reproduzco artículo enviado por Sergio Aparicio.
Si llevas demasiado tiempo buscando empleo de una manera concreta (la única que conoces) y sigues sin encontrarlo, quizá es este el momento de replantearte tu forma de buscarlo. Puede que el error se encuentre, no en lo que haces, sino en cómo lo haces. Es posible que debas recurrir a todo el ingenio que posees para buscar nuevas formas de encontrar trabajo.
Si crees que ya has repetido el mismo proceso de la misma manera durante demasiado tiempo, debes leer atentamente este artículo, porque va dirigido a ti.
En lo referente a este artículo, existen dos formas básicas de pensamiento:
Una es el pensamiento reproductivo. Se basa en la repetición de actos mentales ya aprendidos y ejercitados, mediante los cuales se reproduce el conocimiento. Se emplean conocimientos ya adquiridos y se vuelven a obtener combinaciones y conclusiones ya aprendidas.
Un claro ejemplo de este tipo de pensamiento lo constituye la aritmética. Una vez que hemos aprendido a sumar correctamente y con la práctica adecuada, podemos sumar cualquier combinación de números sin necesidad de aprender un procedimiento nuevo para cada operación. Simplemente repetimos un proceso aprendido, aplicándolo a diferentes datos en cada ocasión.
Pero, si queremos producir cambios en nuestra forma de hacer las cosas, bien porque deseamos ese cambio, bien porque es necesario porque no obtenemos resultados, debemos aprender a pensar de otras maneras.
Y aquí es donde entra en escena el otro tipo de pensamiento: el pensamiento productivo. Este es capaz de obtener conclusiones nuevas utilizando razonamientos reproductivos, pero ampliándolos sobre la marcha con asociaciones mentales e ideas capaces de producir nuevos caminos y al mismo tiempo emplear nuevos procesos mentales.
Como ejemplo para que se entienda mejor lo que significa, citaré al célebre matemático J. C. Gauss: fue un matemático, astrónomo y físico alemán que contribuyó significativamente en muchos campos, incluida la teoría de números, el análisis matemático, la geometría diferencial, la estadística, el álgebra, el magnetismo y la óptica. Considerado «el príncipe de las matemáticas» y «el matemático más grande desde la antigüedad».
Pero Gauss, fue también un niño prodigio, de quien existen muchas anécdotas acerca de su asombrosa precocidad. A los ocho años, su profesor encargó a sus alumnos que realizaran la suma de todos los números entre 1 y 20. Cuando Gauss le entregó la respuesta correcta en mucho menos tiempo del esperado, su profesor le pidió una explicación. Y Gauss le demostró sus conclusiones exponiéndole el procedimiento que acababa de crear, y que desde entonces se conoce como "sumatorio de Gauss": Σ = (n + 1). n/2
Independientemente de la cuestión meramente matemática, aquí nos interesa solamente la singularidad del razonamiento del pequeño Gauss, que constituye un claro exponente del pensamiento productivo.
Todos sus compañeros tenían ante ellos el mismo problema matemático y la misma formación, por lo que sus percepciones sobre el mismo debían ser idénticas. Sin embargo Gauss, a partir de las mismas percepciones que sus compañeros de clase, se había desentendido de las metodologías ya conocidas hasta entonces, probando nuevas combinaciones. Una vez halladas, las examinó con espíritu crítico, las comprobó varias veces y una vez deducido el caso particular, lo había elevado a la categoría de principio general.
Otra aplicación del pensamiento productivo aún más interesante consiste en la utilización de nuevos procesos para conseguir la resolución de problemas hasta ese momento insolubles, prescindiendo de ideas preconcebidas y abriendo nuevos ca-minos al pensamiento para rebasar los límites establecidos y avanzar en la mejora continua de las formas de realización de tareas.
Es este pensamiento productivo el que nos permite hacer las cosas de manera diferente, o de enfrentarnos a problemas que en un principio parecen no tener solución y conseguir nuevos métodos o procedimientos.
Las personas capaces de emplear asiduamente el pensamiento productivo son las que marcan la diferencia, las que consiguen los mejores resultados, a pesar de eventuales fracasos; las que entregan su esfuerzo para el avance de la sociedad, de las empresas y como no, de sus propios objetivos individuales.
Yo no puedo decirte qué debes hacer para cambiar tu forma de buscar empleo (ese tema sería objeto de un proceso personal, que obviamente, es imposible en un artículo de índole general). Además, ese no es el objetivo que pretendo conseguir. Lo que quiero es que identifiques nuevas maneras de buscar trabajo, que se salgan del continuo repetir, repetir y repetir lo mismo de siempre. Que te atrevas a usar tu cerebro para investigar, modificar tus hábitos y modos de actuación y hagas algo diferente. Algo que sorprenda a los reclutadores, que les haga ver que tú eres diferente al resto. ¿Qué debes hacer? Apostar claramente por el pensamiento productivo y hacer las cosas de manera diferente.
Si eliges este camino, te deseo toda la suerte del mundo, y parafraseando al maestro Yoda de Star Wars, "que la fuerza te acompañe".
Transformador Personal y Social
Expert-Coach Personal, Ejecutivo y Empresarial y de Organizaciones
Facilitador, Formador y conferenciante
Experto en Desarrollo Personal y Terapeuta Holístico
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