Ayer volví a verla. Es una de las películas más impactantes
que he visto nunca. Desgarradora hasta el límite, muestra el dolor de todos los
que sufrieron el tsunami, personalizándolo en una familia española, que como
muchos otros extranjeros, estaban pasando las fiestas navideñas en el paraíso.
Del paraíso al infierno, en unos segundos. ¡Qué ironía!
Pero quiero centrarme en primer lugar en la historia. 26 de
Diciembre de 2004. El mayor tsunami del que tenemos noticia, asola de manera
brutal a varios países de Asia. Los muertos y desaparecidos sobrepasan a todo
lo imaginable. Cientos de miles de personas lo han perdido todo, incluso la
vida. Y quizá estos últimos hayan sido los más afortunados. La catástrofe
humanitaria conmueve al mundo entero. Y una de las razones que motivó ese
impacto a escala mundial, fue la gran cantidad de extranjeros, de alto poder
adquisitivo, que se encontraban allí de vacaciones. La desgracia también les ha
tocado a ellos. El destino no ha hecho distinciones entre nativos y extranjeros.
Los destrozos son incontables y los cadáveres se apilan por miles. Es urgente
ayudar a los supervivientes.
El 26 de diciembre de 2007, tres años después del
tsunami que asoló Tailandia, la voz de María Belón ponía los pelos de punta a los oyentes
de la Cadena Ser durante el programa La
Ventana de Gemma Nierga.
María contaba en primera persona, acompañada
por su marido Quique, la tragedia que vivió esos días su familia cuando se
encontraba de vacaciones navideñas en un hotel de la costa de Tailandia. Su voz dulce y cálida, su relato personal y generoso lleno de
reflexiones, matices y sentimientos es la punta del iceberg de lo que se habría
de convertir en una película de gran éxito, LO IMPOSIBLE de Juan Antonio
Bayona.
En ese momento, mientras María Belón narraba su
desgarradora historia, Belén Atienza, la
productora de Bayona, escuchaba la historia a través de la radio. Emocionada y
conmovida por el relato de María, se lo contaría después al director y ambos comenzarían su búsqueda. Creyeron
que esa historia necesita ser contada en forma de película.
Consiguieron reunir la increíble cifra de 30
millones de euros, para rodarla. Y lo imposible volvía a ocurrir. Un director
desconocido, casi novel, un presupuesto inimaginable para el cine español, localizaciones
en la zona donde azotó el tsunami, efectos especiales de infarto, más de 8000
extras, una banda sonora grabada en los estudios ABBEY ROAD de Londres…
Pero muchas personas creyeron en ese proyecto,
lo hicieron suyo, consiguieron que viera la luz. Y no solo eso, sino que esa
película se convirtió en un gran éxito de taquilla que compensó con creces los
esfuerzos y recursos invertidos, amén de la satisfacción del sueño conseguido.
Parecía imposible que esa familia hubiera
conservado la vida, que sus cinco miembros hubieran sobrevivido al desastre y
que pudieran contarlo. Muchos otros no habían tenido la misma suerte. María
llegó a confesar que había deseado que la muerte la librara de una vez del
sufrimiento, pero siguió adelante, por sus hijos, por mero instinto de
supervivencia, ¡ni ella misma lo sabía!José Antonio Bayona y su equipo, creyeron a ciegas en su proyecto, lucharon contra la negativa de muchas personas que les tachaban de locos. Rodar esa película TAMBIÉN era imposible. Pero no lo fue. Ellos también lo consiguieron.
A mi parecer, este relato tiene dos lecciones
maravillosas.
La de una familia que lucha para conseguir lo
imposible, SOBREVIVIR.
Y la de un equipo de muchas personas que creyó
que esa historia necesitaba ser contada.
Evidentemente, la historia de la familia de
María es mucho más dolorosa, emotiva, desgarradora que la del equipo que rodó
la película. Pero una no habría sido posible sin la otra. Y ambas historias, a
su manera, nos ofrecen una insuperable lección de esfuerzo y superación.
Pero, no creo que debamos quedarnos solamente
con el testimonio de todas estas personas, sino aprender de ellas. Debemos
extraer una valiosa lección, que consiste en ser conscientes de lo que es
verdaderamente importante para conseguir lo que queremos; y no es otra cosa que
creer en nosotros mismos y en nuestros sueños, y luchar por ellos con todas
nuestras fuerzas, con todo nuestro empeño, con toda nuestra inteligencia y todo
nuestro corazón.
Porque, lo imposible solo es lo que no has
intentado. Cuantos ejemplos tenemos a lo largo de la historia de personajes
famosos o anónimos que lucharon por hacer posible lo que otros creían
imposible. Como dijo Chesterton, “no sabían que era imposible y lo hicieron”. Y
tú, ¿vas a creer en lo imposible?
Mucha suerte en el camino.
Expert-Coach Personal, Ejecutivo y Empresarial
Experto en Desarrollo Personal
Facilitador, Formador y Conferenciante
coachaparicio@hotmail.es / 607 231 230
Crédito foto: http://www.bebesymas.com/ser-padres/lo-imposible-la-fuerza-que-nos-dan-los-hijos-y-lo-fuertes-que-son
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