Las ocupaciones de difícil cobertura desaparecen con la subida del paro. La crisis ha conseguido que los españoles sean capaces de adaptarse a cualquier puesto de trabajo. Pese al desempleo, que hasta en época de bonanza rondaba el 10%, todos los años el Servicio Público de Empleo -antiguo INEM- publica un catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, es decir, puestos en los que la demanda empresarial superaba la oferta para cubrir el trabajo. En año y medio, con la crisis, el catálogo se ha reducido drásticamente.
Mucho empleo, pero poco productivo. Los curris, esos minúsculos seres que aparecían en los Fraggle Rock, la serie de televisión que atrapó a los niños en los ochenta, trabajaban sin descanso para levantar unas construcciones que no servían para nada. Una especie de Sísifo en versión catódica e industrial. Las calles de todos los municipios españoles se han llenado estos meses de carteles que avisan al ciudadano de que está ante una obra financiada por el Fondo de Inversión Local para el Empleo.
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