miércoles, 1 de febrero de 2017

10º Aniversario de mi accidente de moto


Miedo, incertidumbre, adaptación a lo desconocido, ... eran las emociones que yo sentía.

Valentía, seguridad, confianza, ... eran las emociones que yo decidí tener para afrontar la nueva etapa que la vida me ofrecía. Hice un pacto conmigo mismo "Haré todo lo posible para conseguir una recuperación completa". Y resulta que los recursos que tenemos son abundantes, enormes. Somos gigantes, somos superhérores, envueltos en cuerpos frágiles.

10 años después de aquel suceso doy:
GRACIAS por todo lo bueno que trajo a mi vida: mayor reflexión y definición de objetivos vitales, más espiritualidad, más valor a las cosas pequeñas del día a día, mayor capacidad de esfuerzo y sacrificio, ...
GRACIAS por todas las personas que conocí (una retahíla de enfermeras, fisios, médicos, rehabilitadores, ortopedas, osteópatas, ...) y a las que me acercó (mi familia y la gente en la que me apoyé). Además pude disfrutar del nacimiento y primer año de Irene como si hubiera tenido una baja extralarga de paternidad :-)

Pasé por todas las etapas de la recuperación: operaciones, cama con drenajes y goteros, silla de ruedas, muletas, fisios/gimnasio/piscina, ... y finalmente el alta.
No disfrutas realmente algo hasta que lo has perdido.
No apreciamos la maravilla de levantarnos de la cama y poder ir andando a donde nos apetece, o simplemente estar sin dolor. Yo ahora sí.

La vida va dando toques, cada vez más explícitos: "O aprendes, o repites", y en mi caso me hizo parar para corregir rumbo y velocidad, y así avanzar por el camino de mi vocación: brillar junto con mi familia y con las personas que buscan empleo.



¡¡¡Cuanto más grande es la red de apoyo, más fácil es dar el gran salto!!!

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