lunes, 16 de marzo de 2015

DE MOLINOS DE VIENTO Y ENTREVISTAS DE TRABAJO. Colaboración de @sergioapariciop

Como en anteriores ocasiones, colaboración de mi tocayo el coach Sergio Aparicio.
Releyendo este fin de semana El Quijote, me he dado cuenta de que, la locura del caballero de la triste figura, es muy asimilable a nuestros tiempos. Parece mentira que, después de cuatro siglos, las cosas sigan siendo más o menos iguales.
En concreto, quiero referirme hoy al famoso suceso de los molinos de viento que eran gigantes. (Aprovecho para recomendaros  vivamente la lectura del Quijote, entre otros clásicos de nuestra literatura).

Mucho se ha dicho sobre la relación entre Sancho Panza y Don Quijote. Pero hoy quiero centrarme en una parte de esa relación, que ha sido objeto de estudio durante muchos años. Al parecer, Sancho representaría a nuestra parte más racional y objetiva, y Don Quijote, nuestra parte más emocional, intuitiva y alocada.
Y ahora es cuando me preguntáis, ¿oye, Sergio, pero que tienen que ver los molinos de viento del Quijote con las entrevistas de trabajo? Pues mucho.

Analizando un poquito la situación, se pueden encontrar paralelismos bastante interesantes. En realidad, los molinos de viento solo le parecen gigantes al pobre Don Quijote, y Sancho no hace más que intentar explicarle que no está viendo la realidad como es. ¿Cuántas veces se nos hemos imaginado las entrevistas de trabajo como tareas imposibles, que nunca nos llevan a nada bueno?
Al final del relato, Don Quijote acaba volando por los aires, rendido y dolorido, sin saber qué le ha pasado realmente. De hecho, culpa de la transformación de los molinos en gigantes a un brujo que le tiene manía. No ha aprendido nada. En vez de aceptar los lógicos argumentos de Sancho Panza, justifica los hechos de manera bastante ilógica. Claro, ¡Don Quijote está loco!, como va a pensar racionalmente…

Y, nosotros, ¿cuántas veces nos hemos imaginado que en una entrevista de trabajo “los molinos eran gigantes”?
La realidad nos dice que el entrevistador no es más que una persona como tú y como yo, que solo quiere hacer bien su trabajo, y seleccionar al candidat@ más idóneo para el puesto. Pero, en seguida nos da por pensar que es como un brujo, artero, malintencionado y maquiavélico, que solo quiere “hacernos daño”.

Atendiendo meramente a los hechos, lo único que necesitamos es ser el mejor candidato para ese puesto, y demostrárselo en la entrevista. Para ser el mejor candidato debemos prepararnos académica y personalmente, y para demostrarlo, tenemos que hacérselo ver a través de nuestra actitud y nuestras respuestas en la entrevista. Nada más y nada menos.
No digo que sea un trabajo fácil, ni mucho menos.

Lo que sí quiero deciros es que, nuestros propios miedos, nuestra inseguridad y nuestras dudas acerca de nosotros mismos y nuestras capacidades, acaban convirtiendo a un “molino de viento” en un “gigante”, contra el que no nos sentimos capacitados para entablar una batalla.
Y, de esta manera, la lucha está perdida de antemano.
Necesitamos recurrir a nuestro Sancho Panza particular, para  darnos cuenta de que no hay ningún “gigante malvado con brazos de dos leguas” ante nosotros, sino una persona que pretende que le mostremos lo mejor de nosotros mismos.
Pues entonces, centremos todos nuestros esfuerzos en ser la mejor versión posible de nosotros mismos, y mostremos esa versión sin miedo, con confianza, y tendremos gran parte de nuestro propósito conseguido.

Suerte en el camino.

Sergio Aparicio Pérez
Transformador Personal  Social
Expert-Coach Personal, Ejecutivo y Empresarial
Experto en Desarrollo Personal 
Facilitador, Formador y Conferenciante
coachaparicio@hotmail.es / 607 231 230

1 comentario:

  1. Que útil manera de simplificarlo. Intentaré recordarlo siempre!! :)

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